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Opinión

[OPINIÓN] Manolo, curtido en Carnavales... Por Kisco Copado

MANOLO, CURTIDO EN CARNAVALES

La primera vez que te vi, Manolo, fue en el local de ensayo de la conocida agrupación de San Francisco, local que frecuentaba desde pequeño con mi amigo Juanjo, ya que su padre salía con ellos. Tú, Manolo, estabas “alrreó” de una enorme cazuela de muslos de pollos (muslos de “brontosaurius” que diría nuestro amigo Seco), te acercaste a nosotros y nos dijiste:
-¿Estos niños quieren pollo? -dándonos un platito para los dos.

[OPINIÓN] Los nueve mandamientos... Por Carlos Martín Pol

Carlos Martín Pol en comparsa El Mercader. Foto: Fco. J. Guillén

Después de treinta años de Carnavales, no sé cuántas comparsas, pregones, una chirigota, premios, insignias, regalos y un largo etc... La mañana de este 16 de febrero pasado, tenía en la mente sólo una cosa. Esa era la de cumplir los nueve mandamientos que, como buen hijo del Dios Momo, tenía que cumplir.

[OPINIÓN] Homenaje a la Pregonera. Por Manolo Valle Barragán

Hoy ha sido un domingo muy especial. Uno de esos domingos de los que pasarán a formar parte para siempre en la memoria y guardado para siempre en el mágico archivo de nuestros recuerdos más carnavalescos.

Hoy hemos tenido el arranque de nuestra fiesta, salpicada de millones de colores, millones de papelillos y miles de serpentinas.

La fiesta del pasodoble y el cuplé, de la comparsa y la chirigota.

[OPINIÓN] El abuelo se disfraza de diablo... Por Kisco Copado

Ya parece que suenan coplillas por los locales de ensayo, se puede decir que nada más que nos comamos los mantecados, estaremos oficialmente en Carnavales, pero por ahora a un servidor (Que este año no sale cantando) le está pareciendo ver de diferente manera este comienzo de reuniones, ensayo y demás.

Como que se ve de diferente manera la cosa desde otro punto de vista (Porque ese término de ver los toros desde la barrera lo veo muy feo utilizarlo para esto) como que le entran ganas a uno de criticar, pero siempre constructivamente, eso sí, le entran a uno ganas de colocarse el disfraz de malo, ese disfraz de diablo, y repartir a “tó quisqui”.